jueves, 20 de abril de 2017

El transgenerismo es una histeria de masas similar a la pseudociencia de los años ochenta


«Mucha gente sufrirá un daño irreparable», explica el psiquiatra Richard Corradi

Bajo el título El "transgenerismo" es una histeria de masas similar a la pseudociencia de los años 80, la revista The Federalist (1) publicó un artículo del doctor Richard B. Corradi, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Case Western Reserve University de Cleveland (Ohio, Estados Unidos), donde presenta la agenda del lobby LGTB, como carente de base científica y orientada a crear una identidad colectiva mediante la victimización, en detrimento de la ayuda que necesitan las personas afectadas por un trastorno de la identidad de género. 

El "transgenerismo" es una histeria de masas similar a la pseudociencia de los años 80
Consideremos el notable fenómeno del transgenerismo. Un trastorno de identidad sexual que afecta a un minúsculo número de estadounidenses, se ha convertido en un objeto de controversia culturalmente polarizador. Su influencia –captando la atención pública y exigiendo cambios sociales- ha sido extraordinaria, desproporcionada en relación al número de personas insatisfechas con su sexo.


Mientras que la izquierda política ha hecho suya totalmente la agenda transgénero como un “derecho civil” al que sólo se oponen los intolerantes y las personas llenas de odio, mucha gente ve el movimiento como un ataque concertado contra los usos y costumbres tradicionales, un asalto indisimulable a las normas, las costumbres y la moralidad convencionales.

El fenómeno transgénero es claramente la punta de lanza del movimiento LGBT, al que ha dado un fuerte impulso la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, que incluye en la definición de libertad, el derecho de la gente a “definir y expresar su identidad”. Para el movimiento LGBT, esto incluye literalmente el derecho a decidir sobre el propio sexo o género, a exigir el derecho a un género alternativo (dado que el género es maleable, hay otras opciones además de hombre o mujer), a que la sociedad reconozca esa opción como un derecho civil, y en última instancia a ser aceptado como una forma de vida normal.

Sin embargo, vender el transgenerismo como una forma de vida normal puede ser difícil. Mientras que las personas sin prejuicios pueden estar de acuerdo en que los gays o las personas con confusión sexual no deberían padecer discriminación, en general la gente no parece dispuesta a aceptar el género como un simple artificio social, ni a asumir que la gente pueda tener el género que elija. Estas controversias, que constituyen el fundamento conceptual del transgenerismo, chocan con la realidad: la diferencia biológica entre los sexos.
Mujeres y hombres: XX y XY respectivamente según qué espermatozoide penetre en el óvulo, el nuevo ser humano resultante será una cosa u otra. Es la realidad biológica. 

El contagio de un engaño de masas
El transgenerismo rechaza las leyes naturales de la biología y trastoca la naturaleza humana. La fundamentación filosófica del movimiento lo define como un engaño popular similar a la moda de las personalidades múltiples y la histeria de los “abusos en rituales satánicos” y la “memoria recobrada” de abusos infantiles que se difundió en los años 80 y 90. Estas dos últimas implicaban extrañas acusaciones de abuso de niños y resultaron en la persecución y vida arruinada de los falsamente acusados.

Esos engaños populares se caracterizan por una falsa creencia que no se apoya en ninguna evidencia científica o empírica y tienen una capacidad de contagio que supera al pensamiento racional e incluso al sentido común. Esta tendencia demasiado humana a abandonar el juicio crítico individual y seguir la corriente de la masa lo facilitan enormemente los medios de comunicación social. Lo más importante, sin embargo, es que recibe el imprimatur de los “expertos”. Quienes realmente deberían saber más se apuntan a la histeria. Así como los “profesionales de la salud mental” de hace una generación apoyaban los engaños sobre abuso infantil, e incluso participaban en la persecución de los injustamente acusados, del mismo modo han alimentado el fuego del engaño transgénero.

El movimiento transgénero recibió un gran impulso cuando la APA (The American Psychiatric Association) revisó su edición de 2013 del Diagnostic and Statistical Manual of Psychiatric Disorders (DMS-5), y eliminó el “trastorno de identidad de género” de la lista de “trastornos” psiquiátricos, reclasificándolo como “disforia de género”. Más que validar científicamente la agenda transgénero, la actuación de la APA fue una llamativa dimisión de la responsabilidad personal en beneficio de la corrección política.

A diferencia de las enfermedades médicas, los trastornos psiquiátricos carecen de marcadores biológicos diagnósticos: no hay datos físicos ni tests de laboratorio ni estudios de imágenes. Los diagnósticos psiquiátricos consisten en la comprobación de listas de síntomas determinados por el consenso científico. No debe sorprender que ese proceso sea exquisitamente reactivo a los vientos culturales y políticos dominantes. Ante la ausencia de marcadores biológicos que definan las enfermedades, son infinitas las enfermedades mentales y emocionales que pueden denominarse trastornos psiquiátricos. Puede ser muy beneficioso para un movimiento activista movido por un interés cualquiera apuntarse el éxito de legitimar su causa como un trastorno mental, y también para una industria farmacéutica inclinada a recurrir a los fármacos psicotrópicos para tratar cualquier nueva enfermedad mental.

Activismo científico + Relativismo = Insensatez
Sin embargo, el proceso trabaja en ambas direcciones. Los “trastornos” psiquiátricos van y vienen en respuesta a modas e intereses concretos. Para el movimiento de liberación sexual, la ventaja política consiste en eliminar trastornos ofensivos. En 1973 consiguieron que la APA, simplemente por votación de sus miembros, quitase la homosexualidad de su listado de trastornos.

Posteriormente, el movimiento se fusionó con el relativismo postmoderno, donde no hay valores universales o trascendentes, sólo convenciones sociales y culturales. La doctrina, aplicada al género, afirma que el género –sexo masculino o femenino- es meramente una construcción social, no un hecho biológico, y está sujeto a cambios según el deseo de cada cual. Las personas pueden ser del género que elijan como “género alternativo” o incluso quedarse fuera de todo el entramado de género.

Ésa fue la agenda que la APA asumió cuando quitó el “trastorno de identidad de género” del DSM-5. Sin embargo, más que simplemente eliminar el concepto de identidad de género, que oficialmente ya no es un trastorno, creó una nueva “clase diagnóstica” llamada “disforia de género”. Esto llevó aún más lejos el asalto al sentido común, pues ahora los psiquiatras, supuestos expertos en distinguir entre la fantasía y la realidad, ponen su sello de aprobación a la histeria transgénero.

Sólo los niños prelógicos y los adultos psicóticos creen en el pensamiento mágico, eso de que “basta con desearlo”. Sin embargo, la “disforia de género” queda caracterizada como una “incongruencia de género”: el sentimiento de insatisfacción con el género “asignado” al nacimiento, y el deseo de tener otro género, convierten a uno en una persona diferente. Reclamar la verdadera (“deseada”) identidad de género puede precisar cirugía de reasignación de sexo, un tratamiento aprobado por la APA para la “nueva clase diagnóstica” de la disforia de género. El tortuoso vocabulario del DSM fabricado para catalogar el posible espectro de variaciones de género produciría risa si no fuese tan trágico.
 
El rechazo al diagnóstico impide el necesario tratamiento
La tragedia, por supuesto, es que la gente que sufre por problemas de identidad no recibe la ayuda que necesita. La anorexia nerviosa es otro trastorno caracterizado por una distorsión de la imagen corporal. Sin embargo, en contraste con los transgénero (a quienes se ayuda representando un engaño a base de hormonas y “reasignación de sexo”), a las personas con una percepción enfermiza e irreal de sí mismas como obesas o gordas no se les impone una dieta de reducción de peso. Al revés: se diagnostica la anorexia como un trastorno psiquiátrico y se la trata apropiadamente con psicoterapia.
El doctor Corradi compara la diferencia de trato que recibe el trastorno de identidad de género con respecto a la anorexia, siendo ambas percepciones distorsionadas sobre uno mismo.

La anorexia y la “disforia de género” están entre las muchas manifestaciones de conflicto psicológico que pueden suceder durante las “crisis de identidad” de la adolescencia, un momento importante en el desarrollo en la formación de la identidad. Es una época de rápidos cambios físicos y fuertes deseos sexuales. La confusión sexual –el deseo de ser del sexo opuesto, o incluso de no tener ningún sexo (sin-género)– pueden ser simplemente una pausa temporal del joven mientras resuelve el conflicto entre la certeza y la seguridad de los vínculos parentales y las atractivas pero temibles urgencias de la autonomía y la sexualidad adultas.

El ascetismo –la renuncia a la sexualidad y a los placeres sensuales en general, convirtiéndose de hecho en asexuales y antihedonistas- es otro parapeto que usan los jóvenes. Es llamativamente similar a la disforia de género en su propósito de conseguir un alivio temporal en la confusión sobre la propia sexualidad emergente y la ansiedad por las exigencias de la edad adulta.

La gran mayoría de esos mecanismos de defensa son transitorios, y útiles cuando las tormentas de la adolescencia son más intensas, pero ya no son necesarios cuando surge una percepción estable de uno mismo. (El más común es, quizá, la idealización adolescente de los famosos. Que muchas de esas figuras populares sean andróginas ilustra la naturaleza de estas identificaciones como una respuesta ante el conflicto sexual y de género.) Muy pocos jóvenes que hacen dietas severas se vuelven anoréxicos. No muchos adolescentes ascéticos se convierten en monjes de clausura. Por el contrario, jóvenes insatisfechos con su sexo reciben hormonas e incluso son sometidos a cirugía de reasignación de sexo. Un conflicto temporal del desarrollo es sometido a tratamientos en ocasiones irreversibles y que trastocan tu vida.
 
Reforzar el engaño hiere a las personas
Aún más lamentable es la utilización de estos “tratamientos” en niños preadolescentes cuyo pensamiento prelógico difumina los límites entre la fantasía y la realidad. Los padres jóvenes preocupados por sus hijos necesitan el consejo de quienes conocen el desarrollo infantil normal. Por desgracia, a veces es difícil conseguir un buen consejo. Temerosos de ser vistos como “anticuados”, “ignorantes” o “intolerantes”, quienes debería saber más no están dispuestos a confiar en su propio sentido común y en la sabiduría de generaciones.


Si una niña de cuatro años, temerosa de ser sustituida en el afecto de sus padres por un nuevo hermanito, proclama que es un chico, sus sensatos padres no comienzan a tratarla como si fuera un chico. No asumen que es transgénero. Por el contrario, la abrazan y le aseguran que ella es su preciosa hijita a quien tanto quieren. Los padres que permiten a los niños preadolescentes elegir si quieren ser chicos o chicas han dimitido de su papel como adultos racionales, y son ellos quienes necesitan ir al psiquiatra.

Sin duda, formar una identidad personal estable es un asunto complicado. En algunas personas se prolonga y nunca llegan a conseguirlo. Aunque la adolescencia y la edad adulta joven pueden ser una época fundamental para construir la propia identidad personal, ésta se ve sometida durante el ciclo vital a retos inevitables, así como a factores estresantes específicos de cada uno.

Stefonknee Wolscht, padre de 7 hijos, consiguió ser adoptado como niña de 6 años. El doctor Corradi señala el daño que se hace utilizando a personas que necesitan un tratamiento individualizado como parte indiferenciada de una causa política.

La edad madura es un momento desafiante para muchas personas. Los hombres y mujeres de edad mediana que se sienten insatisfechos con sus vidas pueden representar fantasías románticas irreales en un intento de rehacerse a sí mismos. A menudo esto conduce a la tragedia del divorcio y a la destrucción familiar. El movimiento transgénero ha animado la más irreal fantasía imaginable: que cambiando de sexo uno puede resolver lo que es siempre una insatisfacción multidimensional con uno mismo.
 
Por qué algunas personas quieren creer que son transgénero
Las características que definen la identidad personal son los elementos nucleares de la personalidad. Las personas con una imagen de sí mismas crónicamente inestable, baja autoestima y una enfermiza visión de sí mismas están pobremente equipados para lidiar con el estrés de la vida cotidiana. Este grupo constituye la mayor parte de quienes, autoidentificados como transgénero, se someten a un régimen de cambio de sexo total con tratamiento de hormonas y cirugía de “reasignación de sexo”.

Sin embargo, la mayor parte de quienes sufren de trastornos comunes de personalidad no focalizan en la insatisfacción de género la causa de su disfunción global y no consideran el cambio de sexo como un remedio. ¿Por qué entonces unas cuantas personas con un trastorno de identidad complejo y multidimensional deciden que su problema consiste en que se les ha “asignado” el sexo equivocado? La respuesta reside tanto en la naturaleza del trastorno de personalidad mismo, como en las poderosas influencias sociales, culturales y políticas.

Aportando líderes activistas y una causa “noble”, el movimiento LBGT ha conseguido un éxito enorme explotando las vulnerabilidades psicológicas de las personas que carecen de un sentido coherente de sí mismas. Alimentado con el éxito de la decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, el movimiento ha adquirido un aura de imbatibilidad.

El éxito de la cruzada por los derechos transgénero, basada como está en el engaño cultural de negar la diferencia biológica entre los sexos, podría sugerir que no hay límites para un movimiento que tiene como objetivo redefinir la cultura estadounidense y sus instituciones. Unirse a una fuerza tan poderosa puede ser una experiencia emocionante para alguien cuya identidad se define en buena medida por las personas y las causas con las que se identifica.
 
El transgenerismo es una política de identidad
El movimiento transgénero ha hecho un uso inteligente de la poderosa fuerza de la identidad política. Es evidente que la identidad personal, el sentimiento global que uno tiene de sí mismo, no consiste en el género más que en la raza, la etnia, la religión o la clase. Esas son, sin embargo, las categorías sobre las que se construye la identidad política. Para ser políticamente eficaces, las políticas de identidad tienen que aglutinar personas en grupos que borran las identidades y características personales. En las identidades políticas no hay individuos, solo masas amorfas de gente con una propiedad común y definitoria que pueda explotarse para un propósito político.

Ese proceso explota las diferencias entre la gente (culturales, sociales, étnicas, religiosas, etc.) para fabricarse un electorado con los agraviados, los marginados y aquellos a quienes se conduce a creer que son marginados. Se les asegura que un grupo de interés compensará sus reclamaciones: normalmente, un partido político que se beneficia electoralmente de activarlos como grupo de víctimas. Por definición, los victimizados tienen que tener victimizadores, a quienes la comunidad de los agraviados denigra como opresores.

Esta amarga fórmula de polarización sitúa a los “transgénero” como un conjunto amorfo de personas odiosamente oprimidas. No se distingue entre los grupos enormemente dispares de “disforia de género”. Como hemos descrito, abarcan desde expresiones transitorias de “incongruencia” de género que tienen lugar en el proceso de desarrollo normal, a los problemas más profundamente arraigados de identidad personal que son sintomáticos de trastornos de la personalidad.

Irónicamente, a los individuos se les roba su identidad personal y se les convierte en miembros anónimos de la comunidad de identidad de género: los “transgénero”. En vez del asesoramiento individual y la psicoterapia personalizada que deberían recibir quienes alcanzan un determinado nivel de angustia, el remedio es “de talla única”. Una persona transgénero puede convertirse en cualquier género que desee, o no tener ningún género. Pueden denominarse a sí mismos con cualquier nombre que elijan, tomar hormonas y “reasignar” su sexo quirúrgicamente. Todo esto, con el apoyo crédulo de personas e instituciones que han sucumbido al contagio del delirio cultural.

A los individuos se les arranca su identidad personal en la medida en que se convierten en peones de la amplia agenda LGBT. Como han conseguido ganar poder judicial y político, los objetivos LGBT no parecen contentarse con menos que con una total aceptación pública de cualquier variedad de expresión sexual que elijan, y tolerancia cero para el disidente. El transgenerismo es la vanguardia de la actual ofensiva. La amarga lucha social que ha suscitado indica lo lejos que llegará el movimiento para destruir a la oposición.
 
Demonizar a la oposición
¿Quiénes son la oposición? Fieles a la política de identidades, la caracterizan como una multitud de intolerantes llenos de odio que niegan a los transgénero sus derechos humanos básicos. No puede haber otra explicación si alguien cree que el transgenerismo desafía tanto la razón como las leyes de la biología.

Los demonizados, por supuesto, son quienes tienen una fe religiosa. Buena parte del mundo occidental ha sido secularizado y convertido en anti-religioso, pero todavía queda en Estados Unidos una capa fuerte de creencia religiosa. A pesar de estar fundamentados en un sistema de valores judeocristiano que tiene milenios, los partidarios de un código de moralidad sexual que difiera de la agenda LGBT de liberación sexual son vistos como el último bastión de la oposición. Consecuentemente, la expresión de creencias religiosas sinceramente creídas es atacada como incitadora al odio e intolerante. Los creyentes son objeto de burla como catetos y paletos poco sofisticados, aferrándose desesperadamente a sus armas y a su religión mientras resisten al triunfo inevitable de la modernidad racional.

Los grandes medios de comunicación progresistas figuran a la cabeza de las instituciones que caminan de la mano con las tácticas divisorias de las políticas de identidad. Los aduladores relatos de anécdotas y los testimonios individuales de personas que se han practicado cirugía de cambio de sexo aparecen en reportajes de medios serviles que apoyan y animan la agenda transgénero. Se elogia especialmente a los famosos transgénero, y se cumple a rajatabla la norma de aplicar a cada cual el pronombre de género que prefiera.

Cualquier oposición religiosa o moral al movimiento es caracterizada como incitadora al odio y discriminatoria. En ningún lado se refleja el testimonio de desilusión y depresión de quienes han lamentado haberse operado. Al prescindir de evidencias clínicas e investigaciones convincentes que apoyan la idea (de sentido común) de que la cirugía no es el tratamiento adecuado para un trastorno psicológico, la profesión psiquiátrica es ciertamente más culpable (aunque uno se pregunta qué fue de los reportajes responsables y de la honrosa tradición del periodismo de investigación).
 
La Larga Marcha a través de las instituciones
A la vez que los medios de comunicación, la izquierda política ha abrazado calurosamente la finalidad evidente del movimiento LGBT de rehacer el tejido social y las tradiciones culturales de la vida estadounidense y reconstruir la sociedad para satisfacer sus demandas. No parece haber límite en los esfuerzos por silenciar a los disidentes. Los creyentes religiosos están siendo demonizados, y muchos temen que incluso la libertad del púlpito resulte amenazada. No se duda en utilizar los tribunales para imponer la voluntad de una exigua minoría sobre la población general, incluso al extremo de cambiar las costumbres de toda la nación sobre el uso del cuarto de baño.
Los problemas de una parte ínfima de la sociedad norteamericana, convertidos en bandera política por el lobby LGBT asumida como propia por la Administración Obama, han polarizado a la sociedad, al transformarse en imposiciones legales incluso en escuelas. "¡Intolerante!" es el insulto que recibe la niña en esta caricatura de la situación.

Las objeciones de la mayoría, incluso si se basan en la privacidad o en proteger a los niños de la exposición prematura a cuestiones sexuales, son sencillamente ignoradas. Muchas de nuestras instituciones académicas de élite se emplean a fondo en alterar nuestro lenguaje elemental, promocionando el uso de los numerosos neologismos inventados para etiquetar las nuevas variedades de género.

La decisión del gobierno federal de permitir a las personas transgénero participar abiertamente en los Ejércitos, a las mujeres servir en tareas de combate, y con el tiempo tener unos militares totalmente integrados sexualmente, ilustra hasta qué punto ha triunfado la corrección política. Que hombres y mujeres en el intenso e íntimo contacto que implica el servicio militar pueda convertirse en una fuerza de combate altamente eficaz, en un grupo formado no por hombres y mujeres sino por soldados genéricos, probaría que el género es simplemente una creación. También refutaría las leyes de la naturaleza humana. El delirio consiste precisamente en creer que el hombre y la mujer no se comportarán según su biología.

Está por ver qué efecto tendrá en nuestra sociedad y en sus instituciones, incluyendo las militares, el delirio transgénero. Por el contrario, la influencia destructiva de las políticas de identidad es inmediata y muy personal para los transgénero. Como miembros sin rostro de un grupo de político con intereses específicos, no sólo se les está robando su distinción como individuos sino también su oportunidad de recibir un tratamiento eficaz.

Las vicisitudes de la vida –conflictos del desarrollo, factores estresantes en el ciclo vital, trastornos de personalidad–, que en ellos se expresan en forma de insatisfacción o confusión de género, son los mismos que pueden desafiar el sentimiento de seguridad en uno mismo que pueda tener cualquiera y causarle estrés emocional. De hecho, ese estrés es lo que con mayor frecuencia hace que la gente acuda a la consulta del psiquiatra y a los psicólogos clínicos. La gente etiquetada como “transgénero” o “disforia de género” no merecen menos asesoramiento psicológico individual ni menos consejo personalizado o psicoterapia.

Según enseña la historia, los delirios populares contagiosos que niegan el sentido común y la realidad siguen su curso hasta morir. Ese será probablemente el destino de la causa transgénero. Pero antes de que se derrumbe por su propio peso, mucha gente sufrirá un daño irreparable.

doctor Richard B. Corradi, profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Case Western Reserve University de Cleveland (Ohio, Estados Unidos) / The Federalist  /Traducción C. López-Arias./Rel, 2017

  1. http://thefederalist.com/2016/11/17/psychiatry-professor-transgenderism-mass-hysteria-similar-1980s-era-junk-science/

Sola contra el genocidio de los no nacidos


Mary tiene 42 años, es canadiense,  y desde que se convirtió cuando tenía 19, no se ha limitado a denunciar el crimen del aborto y a rezar, sino que desde entonces ha aceptado tomar el mal sobre sí misma, renunciando a todo con tal de intentar reparar el genocidio silencioso más sangriento y longevo de toda la historia de la humanidad. En 1993, durante la Jornada Mundial de la Juventud de Denver,  se estremeció oyendo a Juan Pablo II tronar contra el aborto y la eutanasia, y pidiendo a los jóvenes “salir a la calle y en los lugares públicos como los primeros apóstoles”. Mary sentió que ese llamamiento le afectaba personalmente. En un primer momento, pensó que estaba llamada a sacrificarse para reparar los crímenes del aborto a través de una vida contemplativa. Pero la oración la llevó a comprender que su misión era la de dar voz a los que no la tienen, a los más pobres entre todos los pobres, a los niños asesinatos en los vientres de sus propias madres.

A partir de ese momento, Mary ha llevado adelante una santa y solitaria “lucha” por la vida, sola e incomprendida hasta por los mismos ambientes eclesiásticos. Armada de oración, de medallas de la Milagrosa y de rosas blancas, esta mujer agraciada y humilde se planta ante los abortorios, esos nuevos campos de concentración legales, rezando por los no-nacidos que allí se exterminan y ofreciendo, con una flor, una alternativa a las madres que están a punto de matar a sus propios hijos. El guión tiene casi siempre el mismo final: los dueños del abortorio llaman a la policía y ésta, aplicando las leyes genocidas de los países supuestamente “avanzados”, la arresta y la lleva a la cárcel, donde pasa normalmente varios meses. En la cárcel, Mary continua su misión y gracias a ella muchas presas se reconcilian con Dios y vuelven a rezar, sobre todo por los niños asesinados y por sus madres.

Intrigado por la radicalidad de la misión de esta nueva “Juana de Arco” de la vida, el arzobispo de Bombay, Oswald Gracias, fue a la cárcel para encontrarla y salió con la certeza de que Mary tiene una misión, que la suya no es una batalla quijotesca contra unos molinos de viento, sino que es Dios quien la llama a ofrecer un testimonio escandaloso sobre la santidad de la vida humana. Según el capellán de una de las cárceles en las que estuvo, Paul Hrynczyszyn,  Mary es una “santa”, incluso porque ayuda a muchas mujeres a volver a la fe.

Desde luego no podemos afirmar que sea una santa, esto sólo lo sabe Dios, pero sí que podemos vislumbrar en su entrega y en sus acciones justamente ese radical, y por lo tanto escandaloso, seguimiento de Cristo que ha  caracterizado, de una manera u otra, a todos los santos. Por todo ello, Mary es un enigma, hasta para los activistas Provida, acostumbrados a tejer estrategias políticas y a optar muy a menudo por el “mal menor”. Mary siempre les ha contestado diciendo: “tenemos que hacer todo por Cristo”. Hace tiempo, escribió en una carta desde la cárcel que la única razón para movilizarse es “Cristo escondido en las dolorosas facciones de los pobres, tan pobres que no conseguimos ni verlos ni oírlos.”

Tras su última detención, Mary (1) ha pasado también la reciente Navidad entre rejas, aparece visiblemente desmejorada. De hecho, en el vídeo del arresto, el rostro de Mary demuestra todo su padecimiento. El comentario más bello ha sido el de una amiga suya, la hermana Immolatia, de una fraternidad de misioneras que cuidan de los sintechos y de los presos: “Mi respuesta a las expresiones de sufrimiento en el momento del arresto es que el amor radical y subversivo que Mary está viviendo, el sacrificio personal y las privaciones son necesarios.” Es cierto: las almas tienen siempre un precio.

Mary Wagner es una testigo, permanente e incómoda, de cómo los corazones de esta generación se han endurecido hasta el punto de rechazar el Evangelio de la Vida y dar muerte a la “carne de nuestra carne” en las mismas entrañas maternas. El dolor ante tanta maldad es como una espada que hiere, cada vez, el alma de Mary. No faltan voces indignadas frente a esta injusticia que clama al cielo. Pero, como dice Sor Immolatia, la única respuesta adecuada, en la estela de Nuestro Señor Jesucristo, podría ser ésta: “No lloréis por mí, no os quejéis por mi detención. Llorad más bien por estos pequeños, nuestros hermanos y hermanas, estos Santos Inocentes que son masacrados, hechos pedazos, cuyos débiles gritos nadie oye, y cuyos cuerpos desmembrados y ensangrentados son tirados a la basura o tratados como materiales de investigación o reciclaje.

Con todo, no debemos reducir su sacrificio personal al hecho de pasar de una cárcel a otra, porque aunque Mary viva gran parte de su vida entre rejas, es más libre que todos nosotros. Rechazando obedecer leyes injustas, Mary ha enraizado su libertad en Dios y se ha convertido en una prisionera de amor, en una testigo de la santidad de la vida, junto con los no-nacidos indefensos y sin voz y junto también a sus madres. Mary es libre, en el verdadero sentido de la palabra. Las verdaderas prisioneras del pecado y del mal son aquellos hombres y mujeres que piensan afirmar su libertad sobre la sangre de sus propios hijos. A ellas, Mary ofrece una rosa blanca, una medalla de la Virgen y unas palabras de ayuda y salvación. 
¡Ojalá cada vez más mujeres cojan esa rosa y acepten esas palabras! 
Entonces encontrarán la única libertad que vale, la de los hijos de Dios, y serán alcanzadas por la sola paz que apacigua las almas: la paz de Jesucristo.

María Teresa Moretti / AlF, 2017
  1. http://www.marciaperlavita.it/articoli/il-natale-in-carcere-di-mary-la-pulzella-della-vita/ 

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Adolescentes robotizados


Si por algo nos caracterizamos los adolescentes y jóvenes es por nuestra rebeldía e inconformismo ante la realidad que nos rodea. Lo que me preocupa es ver cómo muchos canalizan esa rebeldía hacia aficiones no productivas, abducidos por modas sin fundamento e incluso perjudiciales para su salud.

La mayoría de los “inconformistas” paradójicamente están robotizados, carecen de objetivos y de personalidad propia, todos hacen lo mismo: uso idéntico de las redes sociales, en las que publican las mismas fotos hechas frente a un espejo del baño con la tapa del váter abierta, mostrando músculo o nuevo corte de pelo y acompañadas de las mismas frases copiadas de internet, incluidas las faltas de ortografía. Echo de menos encontrar imágenes en las que se ha ido a un museo o a una biblioteca, se ha realizado un viaje cultural, o simplemente sintiéndose orgullosos por ganar una medalla o un premio en cualquier deporte o actividad, o por haber creado e inventado algo útil.
 Pienso que carecer de objetivos reales y productivos en nuestra vida, tarde o temprano nos pasará factura. Las personas que se dejan llevar por modas absurdas, sin otro objetivo que salir más o menos guapo o con el corte de pelo más moderno, se están autolimitando, y no saben que están dejando de lado la parte más importante, la que nos identifica como una persona única y lo que nos hace sentirnos bien con nosotros mismos. Tener una actitud indiferente e importarte muy poco lo que pasa a tu alrededor, es un problema para ti mismo y para la sociedad en general, porque no deja avanzar a los que verdaderamente queremos. Perder el tiempo diariamente en cosas inútiles nos perjudica a todos.
 Los que tenemos ejemplos y modelos positivos a seguir somos capaces de perseguir nuestro sueño. Si nuestros padres nos trasmiten valores: respeto, esfuerzo, fe, superación, saber estar e incluso negociar, los hijos aprenderemos buenas conductas. En cambio, si los padres se dedican a discutir, a ver televisión basura, chatear, ir de bar en bar y jugar a la play, que no esperen que sus hijos cuando lleguen a la adolescencia vayan a leer a Platón. Sus objetivos serán otros, el sexo intrascendente,  participar en algún reality show, querer ser populares a cómo de lugar... Robots de gimnasios y discotecas, todos con el mismo corte de pelo, la misma ropa y la misma cultura de analfabetismo funcional.

Álvaro Cabo (edit.) / La Razón, 2017

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martes, 18 de abril de 2017

Peter Sutherland pontífice del Nuevo Orden Mundial


El ansiado gobierno planetario, a pesar de algunas resistencias como la de Viktor Orban, sigue construyéndose. Peter Sutherland, representante de Naciones Unidas para inmigración, es uno de sus principales arquitectos. Y advierte: “hay que socavar la homogeneidad nacional de los Estados".

Peter Sutherland es un multimillonario irlandés considerado uno de los grandes pontífices del mundialismo a la altura de Soros, Rockefeller o Kissinger. Ha ostentado multitud de cargos internacionales de gran importancia. Fue director general del Acuerdo General sobre Comercio y Aranceles (GATT's), embrión de la actual Organización Mundial de Comercio (OMC). A nivel empresarial presidió, entre otras grandes entidades, British Petroleum -BP- o Goldman Sachs International.

Como otros gurús del pretendido gobierno global, ha participado y participa en Bilderberg y es presidente de la Comisión Trilateral. Hace diez años fue designado por Kofi Annan representante especial de la ONU para asuntos migratorios, desde donde está favoreciendo las tesis mundialistas y, para muchos, la llamada sustitución demográfica. Ferviente partidario de promover la inmigración a los países desarrollados, es abiertamente hostil a las soberanías nacionales, “el mal actual”. 

Sutherland entiende las fronteras nacionales como el último freno para el establecimiento de un Nuevo Orden Mundial. El movimiento, ya es sabido, es de corte ultra-capitalista en lo económico aunque socialista en lo moral y político. Una mixtura ideológica que facilita el camino y vence resistencias a izquierda y derecha. 

Su batalla contra los Estados-nación ha llegado, en algunos casos al punto de la estridencia. Por ejemplo cuando en 2012 exigió a la Unión Europea “hacer todo lo posible para socavar la homogeneidad nacional". Sabedor de la resistencia de algunos países por desaparecer, ha emprendido una cruzada a favor de la inmigración masiva que desnaturalice a las naciones haciéndolas así más susceptibles de diluirse en el magma mundialista.

Así, la circulación sin restricciones de seres humanos, mercancías y capital supone el objetivo prioritario de Peter Sutherland. Un homo oeconomicus desprovisto de identidad pero rentable para las élites empresariales y los protogobernantes globales.

Viktor Orban: "Existe una campaña internacional para acabar con las naciones"
Es exactamente lo que ha denunciado hace pocos días el presidente de Hungría Viktor Orban en una entrevista con la periodista Éva Kocsis de la ha daba cuenta La Gaceta: “Existe una campaña internacional bien establecida, que lleva en marcha más de una década. Puede vincularse con el nombre de George Soros y su objetivo es hacer creer que las fronteras no tienen sentido y que las naciones no tienen derecho a decidir por sí mismas con quién desean convivir en sus pueblos.
Quieren crear instituciones internacionales para monitorear a las naciones y decidir por nosotros quién y dónde debe vivir con quien. Repito: son teorías concebidas en el taller de Soros, que también se han infiltrado en varias instituciones internacionales. Debemos luchar estas batallas. Debemos argumentar en contra de ellos. Debemos hacer transparentes sus operaciones, y debemos dejar claro que a menudo no se trata de derechos humanos, sino de la codicia y del negocio de la inmigración”.

La crisis demográfica, "factor clave" para el triunfo de las tesis mundialistas
El magnate irlandés no duda en vincular la prosperidad futura de muchos estados de la UE a su conversión en naciones multiculturales, en definitiva, una "dinámica crucial para el crecimiento económico" de algunas naciones de la UE "por muy difícil que sea explicarlo a los ciudadanos de esos estados".

Sutherland, se felicita por el envejecimiento poblacional occidental y su declinar demográfico, “factor clave” para el éxito definitivo de las migraciones. El magnate pone las islas británicas como ejemplo a seguir por el resto del continente: "Es imposible considerar que la homogeneidad pueda sobrevivir, los estados tienen que hacerse más abiertos, en términos de las personas que los habitan, como lo ha demostrado el Reino Unido".

Rafael Núñez Huesca / Gta., 2017 

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Adolescentes robotizados

Etiqueta: Sociedad

Si por algo nos caracterizamos los adolescentes y jóvenes es por nuestra rebeldía e inconformismo ante la realidad que nos rodea. Lo que me preocupa es ver cómo muchos canalizan esa rebeldía hacia aficiones no productivas, abducidos por modas sin fundamento e incluso perjudiciales para su salud.

La mayoría de los “inconformistas” paradójicamente están robotizados, carecen de objetivos y de personalidad propia, todos hacen lo mismo: uso idéntico de las redes sociales, en las que publican las mismas fotos hechas frente a un espejo del baño con la tapa del váter abierta, mostrando músculo o nuevo corte de pelo y acompañadas de las mismas frases copiadas de internet, incluidas las faltas de ortografía. Echo de menos encontrar imágenes en las que se ha ido a un museo o a una biblioteca, se ha realizado un viaje cultural, o simplemente sintiéndose orgullosos por ganar una medalla o un premio en cualquier deporte o actividad, o por haber creado e inventado algo útil.

Pienso que carecer de objetivos reales y productivos en nuestra vida, tarde o temprano nos pasará factura. Las personas que se dejan llevar por modas absurdas, sin otro objetivo que salir más o menos guapo o con el corte de pelo más moderno, se están autolimitando, y no saben que están dejando de lado la parte más importante, la que nos identifica como una persona única y lo que nos hace sentirnos bien con nosotros mismos. Tener una actitud indiferente e importarte muy poco lo que pasa a tu alrededor, es un problema para ti mismo y para la sociedad en general, porque no deja avanzar a los que verdaderamente queremos. Perder el tiempo diariamente en cosas inútiles nos perjudica a todos.

Los que tenemos ejemplos y modelos positivos a seguir somos capaces de perseguir nuestro sueño. Si nuestros padres nos trasmiten valores: respeto, esfuerzo, fe, superación, saber estar e incluso negociar, los hijos aprenderemos buenas conductas. En cambio, si los padres se dedican a discutir, a ver televisión basura, chatear, ir de bar en bar y jugar a la play, que no esperen que sus hijos cuando lleguen a la adolescencia vayan a leer a Platón. Sus objetivos serán otros, el sexo intrascendente,  participar en algún reality show, querer ser populares a cómo de lugar... Robots de gimnasios y discotecas, todos con el mismo corte de pelo, la misma ropa y la misma cultura de analfabetismo funcional.

Álvaro Cabo (edit.) / La Razón, 201

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No importa si tus hijos no te escuchan, te ven


El deporte tiene que ser un medio para fomentar buenos valores, como el trabajo en equipo, o el respeto mutuo, pero nunca deben fomentar la rivalidad mal entendida

Impactante es una noticia sobre dos padres que iniciaron una pelea en un partido de fútbol de categoría juvenil. Los hechos sucedieron en Gran Canaria, cuando en un partido de fútbol que se desarrollaba con normalidad, en el minuto 60 dos aficionados comenzaron una fuerte discusión que acabó en golpes y en agresiones mutuas de dos aficionados que resultaron ser padres de los jugadores.

Una vez más vuelve a surgir la violencia en el fútbol, incidentes que se aborrecen desde todas las instituciones, pero ¿se condena el hecho de que los que se pelean sean padres?

Este suceso tan vergonzoso que ocurrió puntualmente, y que alguien grabó con su cámara, se produce cada fin de semana en cientos de partidos y de actos deportivos, donde los padres acompañan a sus hijos y donde insultan al árbitro o a los propios deportistas; donde se discute o se pelean por tonterías que suceden en el acontecimiento deportivo y que nada tienen que ver con el deporte.


El deporte tiene que ser un medio para fomentar buenos valores, como el trabajo en equipo, o el respeto mutuo, pero nunca deben fomentar la rivalidad mal entendida. En este tipo de acontecimientos los padres, más que nunca, deben dar ejemplo de respeto, de tolerancia, de buen comportamiento, y de buena educación.  ¿Qué podemos pedir a un niño si su padre tiene comportamientos agresivos y violentos? Resulta muy lamentable y muy doloroso el ejemplo que se da a nuestros hijos.

Educar a un hijo no es tarea fácil y más en la sociedad actual en la que vivimos, donde los actos violentos son constantes, pero no hay que olvidar que los hijos son el mejor reflejo de los padres, el niño proyecta en su comportamiento lo que vive. Decía Santa Teresa de Calcuta que “no importa si tus hijos no te escuchan. Te ven”.

Los padres debemos ser el primer ejemplo de integridad, de amor y de respeto a los demás.  La familia tiene que ser modelo de conducta para sus hijos y es dentro de la familia donde los niños aprenden a comportarse, a convivir y a relacionarse con los demás.

La educación de nuestros hijos debe empezar por nosotros mismos, por nuestra casa, en nuestra familia, pues de nuestro ejemplo y de los valores que impulsemos dependerá nuestro futuro.

por Grupo Areópago GRUPO AREÓPAGO en AREÓPAGO / ForumL. 2017

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Jesús resucitó de entre los muertos


Entraron en el sepulcro. Vieron los lienzos tendidos y el sudario enrollado en un sitio aparte. Hasta entonces no habían entendido la Escritura: que Jesús había de resucitar de entre los muertos.

 Evangelio según san Juan:  “El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: -«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.”

Domingo de Resurrección. Hoy es el día grande, ¡el más grande del año! Celebramos que la muerte ha sido vencida definitivamente…; que el pecado, la maldad del mundo y la crueldad de la cruz no tienen la última palabra…, ésta es de Jesucristo, Dios y hombre verdadero, que dio su vida por nuestro amor y salvación, y que Resucitó de entre los muertos, como recordamos este día.

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

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martes, 11 de abril de 2017

Los obispos dominicanos denuncian a las élites de países ricos que imponen aborto, libertinaje sexual e ideología de género




La Conferencia Episcopal Dominicana (CED), ha publicado la carta pastoral «La Mujer en la Sociedad Dominicana», en la que los obispos condenan la violencia que sufren muchas mujeres en el ámbito familiar y laboral, y denuncian el intento de imposición del aborto, la homosexualidad y la ideología de género por parte de élites internacionales.

«Hemos de señalar», afirman los obispos, «que en el viacrucis de sus vidas, muchas mujeres dominicanas transitan por la calle de la amargura y el sufrimiento, cargando con los pecados y errores de una sociedad que no las valora ni respeta».
«Mujeres que»,  añaden, «como Jesús camino al calvario, caen al suelo una, dos, y más veces, por el peso insoportable de una canasta familiar inalcanzable y el drama de sus hijos pasando hambre. Falta la conciencia de un Estado que como el Cirineo esté dispuesto a hacer sacrificios reduciendo el gasto de la burocracia y el clientelismo político para ayudar al desarrollo de la familia dominicana».

Colonialismo de los impulsores de la cultura de la muerte
Los prelados denuncian que «las élites de ciertos países ricos, dueños de los grandes laboratorios y fábricas de armas mortales, bajo el pretexto de la superpoblación, con el apoyo de organismos internacionales de prestigio, se han inventado la ideología de género, cuyo propósito principal encubierto es destruir la familia y arrasar con todos los principios éticos y morales. Es esa corriente ideológica la promotora del libertinaje sexual en adolescentes y jóvenes, del homosexualismo, del lesbianismo y del aborto».
Por ello recuerdan que «el Papa Francisco nos pone en alerta sobre esta corriente ideológica: "Otro desafío surge de diversas formas de una ideología, genéricamente llamada gender, que «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer"».
«Y en lo que tiene que ver con el aborto», exhortan los obispos, «que a ningún católico le quepa la menor duda de que éste es uno de los peores crímenes de la humanidad, como bien lo enfatiza el Papa Francisco: “El aborto no es un mal menor: es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia. Es un crimen, es un mal absoluto”. Y agrega: “Es necesario reiterar la oposición más firme a cualquier atentado directo a la vida, especialmente inocente e indefensa, y el nonato en el seno materno es el inocente por antonomasia"». 

InfoC. 2017

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El Tribunal Europeo de Derechos Humanos autoriza retirar la custodia de un niño concebido en un vientre de alquiler


Por once votos contra seis, la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha fallado este martes 24 de enero que el Gobierno italiano estaba legitimado para retirar la custodia de un niño a un hombre y una mujer que se habían convertido en padres a través de la técnica de la maternidad subrogada, prohibida en Italia.
 Este fallo, que es definitivo, supone un quiebro en relación con la jurisprudencia anterior del TEDH, que en enero de 2015 había dado la razón, en una primera sentencia, a la pareja frente al Gobierno. El 27 de enero de 2015, el TEDH condenó a Italia a indemnizar con 30.000 euros a la pareja de ciudadanos italianos formada por la señora Paradiso y el señor Campanelli por violación de su vida privada y familiar, tipificada en el Artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Paradiso y Campanelli, ante la imposibilidad de procrear de forma natural, recurrieron en un primer momento a la adopción. Pero las autoridades tardaban en darles un niño. De ahí que decidieran a encargar a una sociedad moscovita la «gestación» de un niño con gametos procedentes de terceros. Pagaron 49.000 euros por la operación.
Al estar prohibida la maternidad subrogada en Italia, las autoridades de este país retiraron la custodia a la pareja. Alegaron además que el niño había vivido menos de seis meses con sus «padres». Este último punto es el que ha fundamentado el fallo de hoy: el TEDH concluye que ha habido «ausencia de vida familiar» entre los demandantes y el hijo, teniendo en cuenta la ausencia de vínculos biológicos y a pesar de la «existencia de un proyecto parental» y de la «calidad afectiva».
Asimismo, la Gran Sala del TEDH recuerda que el Convenio Europeo de Derechos Humanos no consagra en absoluto el derecho a la paternidad y plantea que el «interés general prevalece sobre el derecho de paternidad de los demandantes». Es más: haber dejado la custodia a los demandantes «hubiera significado legalizar la situación de facto creada por ellos en violación del derecho italiano».

La Cuarta Columna, 2017

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Dimorfismo sexual y pensamiento histérico


Lo característico de la sexualidad es la división entre individuos en dos sexos, cada uno con una tarea reproductiva distinta y complementaria. Por qué es así en todos los animales superiores (y en insectos, aves, plantas...) resulta un tanto misterioso, así como la gran variedad de conductas sexuales, a veces acompañadas de muerte. La diferencia no se limita a los órganos genitales, sino que  tiene un alcance incomparablemente mayor. Esto es también misterioso, pues no parece haber razón discernible para que ambos sexos no fueran idénticos excepto en los órganos sexuales, pero la complementariedad reproductiva  se refleja también  en un dimorfismo sexual más o menos intenso, es decir, cada sexo tiene rasgos físicos diferentes no limitados a sus órganos  reproductores.

     Este dimorfismo se halla especialmente acentuado en el ser humano, probablemente más que en cualquier otro mamífero, y no solo en el tamaño sino, más aún en las formas corporales.  Así, es difícil distinguir a simple vista, sin mirar los órganos sexuales, a un perro de una perra, un conejo de una coneja, un caballo de una yegua, incluso un mono de una mona, etc. ; pero en el ser humano la diferencia salta inmediatamente a la vista en las formas, la voz, la suavidad del rostro, etc.   Y en lo no visible, diferencias también fuertes se  presentan en el cerebro, hasta las misma células.   El cuerpo masculino, más musculado,  parece diseñado  para el esfuerzo y la lucha, y su psicología acorde con ello; sus órganos sexuales son exteriores, mientras que los femeninos son interiores y moldean el conjunto del cuerpo,  orientado claramente hacia la maternidad. Ambos sexos se sienten normalmente contentos de sus peculiadirdades y encuentran en estas diferencias un fuerte motivo de atracción, de modo que aquellos individuos con una feminidad o masculinidad físicas poco acentuadas resultan generalmente menos atractivos para el sexo opuesto.

     Por otra parte, normalmente varones y mujeres tienden a reforzar  aún más el dimorfismo por medios culturales como los adornos, maquillajes o el atuendo, que en la mujer suele tener un carácter más obviamente sexual y en el varón más profesional, por así decir.  Estas son tendencias muy intensas, y basta notar cómo desde los tiempos más remotos, los adornos femeninos han constituido una industria importante y objeto de comercio en todas las culturas.  A menudo se insiste en que, fuera del dimorfismo puramente físico, las demás diferencias son culturales, en el sentido de que son arbitrarias y podrían cambiarse radicalmente. Sin embargo lo “cultural” es precisamente lo propiamente humano y,  aunque admita muchas variantes, nunca son en lo esencial arbitrarias y siempre tienen una base biológica, vulnerar la cual resulta peligroso. Cabría hacer una analogía con el cuerpo humano, capaz de realizar, si se entrena, los movimientos y piruetas más complicados, como vemos en ciertos deportes, bailes y acrobacias; pero si esos movimientos no se adaptan a la estructura del cuerpo, causan lesiones graves.

    Las diferencias  no se limitan, desde luego, a lo físico. En el ser humano son muy agudas en el terreno psíquico y temperamental, como es fácil comprobar. Por ejemplo, existen géneros artísticos casi exclusivamente femeninos como las novelas rosa, las películas “de llorar”, las publicaciones “de cotilleo”, etc., que a la mayoría de los varones les resultan indiferentes. En cambio la pornografía, que tanta atención suscita entre los varones, atrae muy poco a las mujeres, pese a las constantes presiones actuales por crear ahí otra “igualdad” ficticia. El amor es bastante más importante para las mujeres, cuyo lenguaje habitual está lleno de expresiones cariñosas (“cariño”, “corazón”, “tesoro”, “vida”, "cielo", etc.) un tanto extrañas a los varones. Así como el peligro de los hombres es la brutalidad, el de las mujeres es la cursilería (acabo de volver a ver la película “Coge el dinero y corre”, donde se expresan bien estas diferencias básicas de actitud). Estos son solo algunos pequeños ejemplos, pues el tema podría extenderse mucho. Y no se trata de invenciones “culturales” en el sentido de arbitrariasm que suele dárseles actualmente, pues se presentan clarísimamente en la infancia más infantil, como puede observarse en cualquier colegio o guardería.

     El cuerpo y la psicología femeninas tienen relación intensa con la maternidad, el aspecto más importante de la reproducción, es decir, de la supervivencia de la especie. También la maternidad en el ser humano difiere profundamente de la de los animales, en los cuales su función acaba pronto con el amamantamiento. El ser humano madura muy lentamente, y para valerse por sí mismo exige, salvo condiciones anormales, al menos quince años, incluso dieciocho (en la actualidad muchos se quejan de que llega a los treinta). Durante este período es la madre el principal elemento educador, y en todas las sociedades la madre es el centro y principal encargada del hogar, aunque la autoridad fnal recaiga sobre el padre. Dado que el embarazo y la cría de los hijos, en especial cuando son pequeños, implica una indefensión profunda –aunque no invencible si la sociedad ayuda de algún modo--, el varón aparece como la defensa exterior del hogar. Y así lo consideran de modo casi instintivo la mujer y el propio hombre. Este, por lo común, muestra menos interés en el hogar mismo y la crianza de los hijos, su conducta se orienta más hacia el exterior, y sus valores difieren también considerablemente. De la función maternal derivan sin duda otras características psicológicas como la delicadeza, gracia, ternura, generosidad, tensión amorosa, compasión o empatía, claramente más pronunciadas en la mujer que en el hombre.

    El hecho de que la actividad sexual no tenga en la mayoría de los casos una intención reproductora no anula lo anterior, sino que lo confirma. Por alguna razón,  doña Naturaleza ha hecho con la sexualidad un derroche de energías muy poco económico. Así, los órganos masculinos no producen un solo espermatozoide para fundirse con el óvulo, sino millones de ellos, aunque solo uno logre su objeto y los demás se pierdan. De los encuentros sexuales con intención reproductora, solo alguno lo logra, y la pareja no sabe normalmente cuál ha sido.  Además, la naturaleza -- llamémosla así, aun cuando no sepamos qué quiere decir la palabra exactamente-- ha rodeado el acto sexual de un “aparato de placer” aparentemente no funcional, que impulsa a él a la gente, de modo que muy a menudo produce el embarazo, incluso involuntario o peor aún, indeseado. La necesidad de la especie obra así a través de los individuos, por encima de los designios conscientes de estos. El impulso de la especie a reproducirse es misterioso en dos sentidos: por su tenacidad y complicados recursos, y por el empeño mismo. En todas las especies se trata de un impulso imperioso, tenga éxito o no, a mantenerse en el mundo.

    En la actualidad se extiende por el mundo una ideología evidentemente perturbada, que pretende llevar la igualdad, más allá de la igualdad ante la ley, a todos los terrenos., destruyendo la coplementariedad.  Para ello ejerce una presión psicológica y política tremenda, de tipo totalitario,  tratando  de presentar como normales las taras o defectos en la sexualidad (que se producen en todas las funciones humanas), al mismo tiempo que persigue y desacredita la maternidad  como un mal y el aborto como un derecho (los derechos deben ser practicados); un derecho de la madre al margen del padre, como si este no tuviera la menor relación. Algunas corrientes ideológicas consideran al ser humano como un cáncer de la naturaleza, perturbador de la buena ecología. Y no faltan ya quienes propugnan  la extinción indolora de la especie humana mediante un pacto de renuncia a los hijos. Algo técnicamente posible mediante la esterilización masiva de las mujeres o de los hombres, por ejemplo. Un tipo de pensamiento claramente histérico, que intenta imponerse por medios asimismo histéricos (como inventando "delitos de odio", con la pretensión de penalizar hasta los sentimientos). Pues aquí entramos en el terreno típicamente humano de la moral y el “pecado original” que lo ha conformado, alejándolo del instinto. Según el mito cristiano, Dios ha dado al hombre libre albedrío, que podría llevarlo incluso a la autoextinción por una vía o por otra.


   Unas palabras de Doris Lessing al respecto: “Es una de las cosas que recriminé al movimiento feminista. Ellas trataban a las mujeres que decidían tener hijos como si fueran ciudadanas de segunda clase (...) Aunque puede que se le haya escapado un detalle: que las mujeres no parecen tener gran prisa por meterse en política, o en la gran empresa. Me pregunto por qué (…) El banco Natwest tenía un proyecto para promocionar a las mujeres dentro del propio banco y descubrió que solo le interesaba a una parte muy pequeña de las empleadas. Les brindaron cursillos especiales y cosas por el estilo, pero, en general, las mujeres no querían competir. En cambio, lo que sí deseaban era casarse y tener familia (…) a excepción de una minoría. Y aquello me resultó sumamente interesante porque, a pesar de tanto movimiento feminista, esto es todavía lo que parece que la mayoría de las mujeres quiere. Y no veo por qué no (…) Me parece que no es justo que reciban críticas por pensar así (...) Que yo sepa, a Simone de Beauvoir nunca le gustó ser mujer. No le gustaba serlo y siempre se estaba quejando de ello. A mí no me parece nada terrible. Tiene sus ventajas. Y de todas maneras, ¿qué puedes hacer? Lo que me asombra es que noto cierto tono de queja en lo que dice. ¿A quién dirigía sus quejas? ¿A la naturaleza?”

Pio Moa / Gta. 2017

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