Hollywood responde en contra de la creciente mayoría ProVida en Estados Unidos
Dispara la presencia del
aborto en series y películas: «Cuanto más lo normalicemos, mejor»
Así se desprende de la información recogida
por un portal sobre "salud reproductiva" de la Universidad de
California en San Francisco, Ansirh [Advancing New Standards in Reproductive
Health], que incluye una base de datos sobre presencia del aborto en la pequeña
y gran pantalla. En la base se recogen todas aquellas producciones "en las
que un personaje aborta o desvela que abortó en el pasado", pero no aquellas
en las que se trató de un mero propósito no verificado, ya fuese por un cambio
de opinión, o porque antes del aborto provocado, tuvo lugar un aborto
espontáneo.
Así, yéndonos a los extremos del periodo
considerado -toda la historia del cine-, figuran en ella desde “¿Dónde están
mis hijos?”, interpretada en 1916 por Tyrone Power Sr (padre del mítico
protagonista de “El cisne negro” y abuelo de la cantante Romina Power) en la
que un hombre descubre que su esposa ha estado matando sistemáticamente a sus
hijos antes de nacer, a “Unplanned”, el triunfante biopic sobre Abby Johnson
actualmente en cartelera.
Los datos recogidos no ofrecen duda: el aborto
en Hollywood es residual hasta principios de los años 60 (veinte apariciones
entre 1916 y 1961), empieza a despuntar desde entonces y hasta los años 80, y a
partir de entonces su presencia en las diferentes producciones se va
disparando: crece un 87,5% de los 80 a los 90, un 71,7% de los 90 a la primera
década del siglo XXI, y un 105,1% en esta década, a la que faltan aún cinco
meses y medio por terminar.
En la actual década el incremento es notable:
de las 62 presencias en los cinco primeros años a las 100 en la segunda mitad
del decenio hay un crecimiento del 61,3%.
Coincide con las cifras recogidas por Gallup
sobre el cambio de opinión sobre el aborto en Estados Unidos. A finales de la
década pasada las personas que se identifican como provida [pro-life] superaron
por primera vez a los que se identifican como pro-aborto [pro-choice], sin que
a partir de entonces haya una mayoría clara.
Hay que tener en cuenta además que el aborto
sin restricciones, que es la situación legal en Estados Unidos a raíz de la
sentencia Roe vs Wade de 1973, ha sido siempre ampliamente minoritaria en el
país, y responde solo a la capacidad de presión de las élites intelectuales y
mediáticas de izquierdas y de la industria del aborto, que financia activamente
el Partido Demócrata. En efecto, los partidarios de restringir el aborto en
todos los casos, más los partidarios de permitirlo solo en algunos casos, han
sumado siempre en torno al 70% de la población.
En 2019, solo un 25% de los estadounidenses
comparte la actual regulación legal del aborto, de permitirlo en todos los
casos y momentos. Un 21% es totalmente contrario, y un 53% es partidario solo
en algunos casos. Fuente: Gallup.
A lo largo de la última década, esa mayoría
social ha ido poco a poco imponiéndose e introduciendo en numerosos estados
leyes provida eficaces, hasta llegar al triunfo de Donald Trump en las
elecciones presidenciales de 2016, cuando en el último debate forzó a Hillary
Clinton (generosamente financiada por Planned Parenthood) proclamarse
partidaria del aborto hasta el mismo momento del nacimiento), algo
profundamente impopular en Estados Unidos, más ahora, cuando es posible conocer
a través de la red la extrema crueldad de ese acto.
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha
cortado la financiación pública federal del aborto, ha impulsado políticas
provida y ha nombrado dos jueces provida para el Tribunal Supremo, Neil Gorsuch
y Brett Kavanaugh, preparando lo que en un futuro podría ser una reversión de
Roe vs Wade.
La industria del cine y la televisión ha
reaccionado multiplicando la presencia del aborto en series y películas –así
como ha hecho con la homosexualidad-para normalizarlo en la opinión pública.
El dato de 2019 es una proyección de las 18
presencias del aborto en lo que va de año por las 15 del año pasado. Según
declaró a The New York Times una de las responsables de la base de datos,
Gretchen Sisson, "definitivamente estamos viendo más escenas del tipo
'Estoy embarazada, no quiero estarlo, voy a abortar', y va a crecer en
2019", donde ya contabiliza 21 referencias a abortar sin sentimiento de
culpa, "algo que habría sido impensable hace una década".
Y no sucede por casualidad: "Cuanto más
normalicemos el aborto, especialmente ahora, mejor", afirma Lindy West,
una de las creadoras de la comedia Shrill, en uno de cuyos episodios la
protagonista acude a un abortorio y mata a su hijo. "El aborto es super-común
y super-normal y la gente lo está haciendo continuamente y a la mayoría le
lleva un minuto". Trivializar es la consigna: películas y series, el
instrumento. "Especialmente ahora", toda una confesión.
Carmelo López-Arias / ReL 2019
Etiquetas: Aborto
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