EE UU crea una Comisión de Derechos Inalienables en desafío a la ONU
Mary Ann Glendon, que desde la embajada de Estados Unidos
en Roma coordinó con Juan Pablo II la estrategia provida en todo Occidente,
presidirá una nueva Comisión de Derechos Inalienables creada por la
Administración Trump para orientar su política internacional.
Yo se lo digo: quienes aborrecen todo lo que
haga Donald Trump. Si, además, el fautor (el que ayuda o favorece) de la idea
es el secretario de Estado, Mike Pompeo, y la comisión se plantea para “clarificar” lo que es realmente un derecho
inalienable, en oposición a la inflación de derechos que plantea la ONU,
mucho más. Y si ya, encima de todo esto, se nombra para presidirla a la
profesora de Harvard Mary Ann Glendon, ni les cuento.
Glendon tiene un historial sobradamente
brillante y cuajado de méritos para cualquier cargo, pero le aquejan varios
‘defectos’ imperdonables. El primero es ser católica ortodoxa; el segundo,
haber sido un apoyo crucial de Juan Pablo II, desde su puesto de embajadora de
Estados Unidos ante la Santa Sede, en su arrolladora estrategia en favor de la
vida.
En su presentación, Pompeo aseguró que la
primera misión de la comisión será replantear “la pregunta más básica: ¿qué significa decir o afirmar que algo es,
de hecho, un derecho humano?», y recordó, citando al líder checo de la resistencia
contra el régimen comunista Vaclav Havel, que «palabras como ‘derechos’ pueden
usarse para bien o para mal».
«Con esto en mente, es el momento adecuado
para una revisión informada del papel de los derechos humanos en la política
exterior estadounidense», dijo Pompeo.
El
nombramiento de Glendon es una evidente declaración de principios sobre qué supuestos ‘derechos’ no solo no lo son realmente, sino que
se utilizan para vulnerar otros verdaderamente inalienables, como el derecho a
la vida.
Glendon representó al Vaticano en la
conferencia de la ONU de 1995 sobre las mujeres en Pekín, donde la entonces
primera dama de Estados Unidos, Hillary Clinton, años después secretaria de
Estado, pronunció un histórico discurso en el que declaró que «los derechos de
las mujeres son derechos humanos». La profesora de Harvard, que Pompeo ha
calificado de ‘perfecta’ para encabezar la nueva comisión, fue muy crítica
entonces con este planteamiento aberrante. Lo
que se pretendía en la Conferencia de Pekín, aclaró más tarde en First Things,
era «forjar un vínculo entre la ayuda para el desarrollo y los programas que
presionan a las mujeres pobres para que aborten, se esterilicen y utilicen
métodos anticonceptivos de riesgo». Es decir, se disfrazaba de preocupación
por unos vaporosos “derechos reproductivos” una implacable política
imperialista para reducir la población africana.
Además de Glendon, el panel de Pompeo incluye
a Katrina Lantos Swett, una demócrata que ha trabajado para preservar el legado
de su padre, el fallecido congresista Tom Lantos, un crítico abierto de los
regímenes opresivos. También está integrado por Russell Berman, Peter
Berkowitz, Paolo Carozza, Hamza Yusuf Hanson, Jacqueline Rivers, Meir
Soloveichik, Christopher Tollefsen, y David Tse-Chien Pan.
Por Carlos Esteban | InfoV. 10 julio, 2019
Etiquetas: Sociedad
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio