La muerte en Holanda de Noa una adolescente con depresión, último caso del abismo de la eutanasia
Acudió por primera vez a pedir
la eutanasia cuando cumplió los 16 años, momento en el que ya no necesitaba el
consentimiento paterno
La pendiente resbaladiza de la eutanasia y el suicidio
asistido en los países en los que se ha legalizado ha visto un claro ejemplo
estos días ante un caso que está dando la vuelta al mundo. Este domingo Holanda
permitía la muerte de una adolescente de 17 años bajo el pretexto de que sufría
depresión y ansiedad después de que años atrás hubiera sido violada por un
primo suyo.
Noa Pothoven logró, gracias a que Holanda ofrece una
eutanasia y el suicidio asistido a la carta, que pudieran acabar con su vida en
el salón de su casa y ante su propia familia.
Calificada de luchadora por los políticos
Incluso en la clase política se ha tildado de luchadora a
una joven que todavía no es mayor de edad y que podría haber recibido ayuda de
otro modo para superar los traumas que arrastraba.
La diputada de Los Verdes, Lisa Westerveld fue a despedirse
de esta menor a su casa el pasado viernes: “Fue agradable verla de nuevo,
aunque también un poco irreal. Noa era increíblemente fuerte y muy abierta.
Nunca lo olvidaré. Continuaré su lucha”.
Esta adolescente había llegado a publicar una autobiografía
de gran éxito Ganar o aprender donde fue relatando los abusos que sufrió, la
falta de ayuda que había recibido. Además, todo el proceso hacia la eutanasia
lo ha contado a través de sus redes sociales, por lo que se ha convertido en un
acontecimiento público en Holanda.
"El amor es dejar ir"
“En un plazo de máximo de 10 días moriré. Después de años de
lucha, mi lucha se termina. He dejado de comer y de beber por un tiempo, y
después de muchas conversaciones y revisiones, se ha decidido que seré liberada
porque mi sufrimiento es insoportable”, escribía en Instagram hace unos días.
Esta joven afirmaba además que “realmente no he estado viva
durante todo este tiempo, sobrevivo, y ni siquiera eso. Todavía estoy
respirando pero ya no estoy viva”. E incluso llegaba a escribir: “No me
convenzas de que esto no es bueno, esta es mi decisión y es definitiva. El amor
es dejar ir, en este caso…”.
El caso de esta adolescente pone de manifiesto la
utilización de la eutanasia y el suicidio asistido mucho más allá de lo que se
contemplaba tras su legalización. Es lo que se conoce como pendiente
resbaladiza, lo cual en Holanda asusta a una parte de los médicos e incluso a
los expertos que fueron responsables de su puesta en práctica y aprobación.
¿De verdad no había posibilidad de mejora?
El sufrimiento debe ser insoportable y sin perspectivas de
mejora, dice la ley que entró en vigor en 2012. ¿No había de verdad posibilidad
de mejora para una joven que todavía no es mayor de edad? Este es uno de los
principales interrogantes que genera este caso.
Uno de los grandes problemas que está presentando la
eutanasia en Holanda y en otros países como Bélgica es que se está
multiplicando las muertes por esta práctica de personas enfermas mentales o con
alzheimer, ancianos sin problemas graves de salud, o personas que simplemente
se sienten solas o afligidas. Han muerto así alcohólicos o incluso ciudadanos
que habían experimentado un desamor.
En Holanda, los mayores de 12 años pueden pedir la
eutanasia, con el consentimiento de los padres, y sin el consentimiento aunque
participando en la decisión final a partir de los 16 hasta la mayoría de edad.
ReL., 2019
Etiquetas: Eutanasia
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