Hollywood quiere aborto porque quiere sexo sin consecuencias
Hace tiempo que Hollywood perdió la conexión con buena parte
de los estadounidenses, y ésa es una de las razones por las que pocos se
molestan en ver ese desfile anual de bombos mutuos llamado “Gala de los Oscar”.
Si hay un punto que separa a Hollywood del resto de la
nación es el aborto. No es difícil imaginar por qué: quienes trabajan en la industria del entretenimiento quieren sexo sin
consecuencias, y eso significa que no haya hijos no deseados (y que no haya
enfermedades de transmisión sexual). Por eso son tan vehementes en el tema del
aborto.
No es exagerado decir que Hollywood está enamorado del
aborto. ¿Cómo si no interpretar la obsesión que ha exhibido Tinseltown
[Hollywood] ante las recientes leyes que restringen el aborto? Véase la
reacción a la ley del “latido del corazón” aprobada en Georgia.
Encabezados por Bob Iger, presidente de Disney (Walt debe
estar revolviéndose en su tumba), los grandes pensadores de Hollywood han
cerrado filas: Netflix, Warner Media, CBS, Showtime, NBCUniversal, AMC
Networks, Sony Pictures, STX y Viacom han dicho que recogerán sus cosas y se
irán de Georgia si la ley se lleva a efecto. Actualmente reciben generosos
incentivos fiscales por producir allí sus películas.
Lo que llena de ironía este asunto es que Hollywood
contribuye poderosamente a una de las causas que están en la raíz del aborto:
la promiscuidad. Concretando: el tipo de peaje sexual explícito que Hollywood
produce –con el que ha estado erotizando la cultura durante décadas– contribuye
a crear un entorno donde lo más probable es que hombres y mujeres abandonen
todo control sobre sí mismos.
Hollywood niega toda relación de causa a efecto entre su
peaje sexual y la promiscuidad. Pero no cuela. ¿Por qué, hace ya tiempo,
Hollywood decidió no mostrar en las películas a gente fumando? Porque no
querían crear un entorno que indujese a los jóvenes a fumar. No pueden defender
ambas políticas a la vez.
Más ironía: Bob Iger, el mismo tipo que lidera la lucha
contra Georgia, ha admitido que las películas que muestra actores fumando
inducen a la gente a fumar. En 2007, dijo que Disney “colocará una advertencia
en el DVD de cualquier futura película que muestre a alguien fumando. Además,
colaboraremos con los dueños de las salas de cine para animarles a que pasen un
anuncio contra el tabaco antes de la proyección de cualquiera de esas
películas”.
Así que Hollywood no solo dejó de hacer películas que
mostrasen a la gente fumando, sino que impulsó una campaña de concienciación
contra el tabaco.
¿Imaginan qué pasaría si Hollywood dejase de hacer de hacer
tantas películas saturadas de sexualidad y decidiese impulsar una campaña de
concienciación contra la promiscuidad? Eso podría producir cambios en los
comportamientos, uno de los cuales sería una disminución de la imprudencia
sexual, que a su vez disminuiría la necesidad de optar por el aborto.
Bob Iger y sus colegas de Hollywood saben lo que está
pasando, pero no tienen intención de hacer nada al respecto. Al revés,
prefieren declararle la guerra a Georgia.
Bill Donohue
(presidente de la Catholic League), en LifeNews / ReL. 2019, traducción de
Carmelo López-Arias.
Etiquetas: Aborto
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