sábado, 26 de mayo de 2018

La pandemia de la que nadie habla



La muerte autoinfligida sigue siendo un tabú. De hecho, cuatro de cada diez suicidios se cuentan como accidentes. Los familiares ocultan el hecho, prefieren decir que se ha tratado de un accidente o de una muerte inesperada; eufemismos para ocultar el hecho.
Es un error. «el suicidio es un fenómeno que existe y para ello los medios de comunicación juegan un papel importantísimo».
La práctica habitual de la prensa era la de la ocultación por temor a que se produjera el contagio por imitación y aumentaran los casos, pero actualmente existe numerosa bibliografía que desmiente esta afirmación.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alienta a los medios de comunicación a poner en marcha prácticas periodísticas responsables que ayuden a prevenir el comportamiento suicida. Así, les pide, por ejemplo, que se abstengan de utilizar un lenguaje sensacionalista o de presentar el suicidio como la solución a un problema («hay que tener cuidado con la idealización del suicida»); que eviten las fotos y la descripción detallada del método utilizado y que ofrezcan información sobre dónde se puede obtener ayuda. «La OMS deja claro que la información es la herramienta más preventiva».

Informar sin morbo
Hay que  huir del morbo a la hora de informar, en todas las noticias en general, y en las relativas a los suicidas en particular.
El papel de la prensa no es más importante que el de los gobiernos, responsables de legislar con firmeza y sensibilidad en estos asuntos y de aportar los recursos necesarios para disminuir las trágicas estadísticas. «Los recursos son los que son; no es cuestión de dinero, al menos no es la única; es cuestión de mentalizarse y reconocer la gravedad del problema. ¿Por qué no incluir una pregunta en los cuestionarios de Atención Primaria que detecte el riesgo de suicidio que corre una persona igual que se ha hecho con las mujeres maltratadas?».
«El suicidio es un grave problema de salud pública que se ha visto silenciado durante muchos años».
Dicen los expertos que hablar y acompañar,  son los pilares sobre los que debe sustentarse la ayuda al suicida. Es un fenómeno complejo, multicausal y oculto, pero la buena noticia es que se puede prevenir.

R. Peiró / La Razón, 2018

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