martes, 8 de agosto de 2017

Cómo educar a los hijos en el consumo responsable


La sociedad de consumo en la que vivimos hace que los niños no sepan aceptar un no por respuesta.

 En los tiempos que corren, donde se puede comprar prácticamente todo a golpe de clic, y donde nuestros hijos nacen con las tecnologías bajo el brazo, educarles en el consumo responsable será fundamental para su futuro.
Muchas veces, a los padres se les hace imposible restringir el uso que hacen sus hijos del teléfono inteligente, la tableta o el computador, pero el esfuerzo merecerá la pena. Despegar a los menores de las pantallas mejorará su desarrollo mental, beneficiará a su capacidad de conciliar el sueño y les librará de la preocupante adición infantil que los aparatos electrónicos está provocando entre los más pequeños.
De hecho, según las encuestas, más de la mitad de los niños de los países desarrollados, de 11 años, ya tiene teléfono móvil. Este porcentaje se dispara hasta el 93,9% entre los que tienen 15 años.
Pero la sociedad de consumo en la que vivimos hace que los niños no sepan aceptar un no por respuesta. De hecho, no tienen reparos en exigirles a padres y familiares la compra de cualquier juguete u objeto de su deseo. Por eso, una negativa a tiempo contribuirá a que sepan sobreponerse a sus frustraciones. Es importante que nuestros hijos aprendan a tolerar las desilusiones para que su salida al mundo real no sea tan dura.
Enseñarles a que sean conscientes del esfuerzo y del trabajo que se necesita para conseguir los recursos económicos que hacen su vida más fácil también será fundamental. Aprender a utilizar el dinero con prudencia, la diferencia entre consumo y despilfarro o las virtudes del ahorro serán lecciones muy útiles. Gestionar nuestras deudas de forma responsable y evitar las famosas listas de morosos, tal y como explican desde Monedo Now, proyectarán una buena imagen sobre nuestros hijos.
Tampoco hay que caer en la trampa de evitar darse algún capricho de vez en cuando, pero siempre con moderación.
Eso sí, dar ejemplo a los más pequeños con nuestros propios actos será tarea obligada para que nuestro mensaje genere el efecto que se merece. Así, los padres deberán evitar dejarse llevar por la publicidad, u otros factores que no tengan nada que ver con la necesidad, a la hora de efectuar sus compras. Reutilizar los objetos de casa, donar la ropa que no se utiliza, reciclar o hacer un consumo responsable de la luz o el agua son actitudes positivas para los niños.
En definitiva, evitar que nuestros hijos caigan en el consumismo compulsivo es fácil si sabes cómo. Quizá ahora les suponga un shock, pero en unos años te lo agradecerán.

LD, 2017

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