Reino Unido presiona para que Bermudas no ilegalice el matrimonio gay
En Diciembre pasado, el Parlamento del territorio británico de Bermudas aprobó una propuesta encaminada a abolir el ‘matrimonio’ homosexual
Pero la batalla contra el “matrimonio” homosexual, no está ganada aún. Para que la propuesta aprobada se convierta definitivamente en ley, debe ser firmada por el gobernador de Bermudas, John Rankin. Y lo cierto es que éste, que representa a la monarquía británica en el territorio, está recibiendo opresivas presiones del lobby LGTB.
No en vano, la persona que consiguió que el Tribunal Supremo de Bermudas legalizase el ‘matrimonio’ gay, Winston Godwin, ha difundido un comunicado en el que critica cáusticamente el proyecto aprobado por el Parlamento: ‘El proyecto efectivamente establece que eres un ciudadano de segunda clase por aquel a quien amas, acrecienta la división en un país que está ya muy dividido y ataca a una minoría’. Puros sofismas, el matrimonio natural, es anterior a cualquier estado, el cual, simplemente, lo reconoce principalmente porque es la fuente de sus ciudadanos (los produce, los cuida y educa); al estado no le interesa el amor per se (sentimiento por demás subjetivo), además, los lazos consanguíneos son el origen primario de la sociedad (padres, hijos, hermanos, abuelos, nietos, primos, tíos, cuñados, etc.), y en la sucesión de las generaciones está la historia de un país…, por todo ello y más, el estado llegó a reconocer hasta el presente, al matrimonio natural. Es a partir de la imposición de la ideología de género en Occidente, del feminismo radical y del homosexualismo, convertidos en fuerzas políticas (presentándose como minoría exigente de “derechos” autoinventados), y gracias a jugosas subvenciones de oscuros intereses internacionales, que se ha ido cambiando el orden natural de la sociedad.
Por su parte, el parlamentario laborista Chris Bryant arremetió contra Bermudas en la Cámara de los Comunes: ‘Bermudas lo quiere todo. Quiere la protección de ser un territorio británico de ultramar, pero no desea sostener los principios y valores de nuestro Estado’, aseveró Bryant en referencia a la abolición del ‘matrimonio’ gay en el territorio de ultramar. Claro, una Gran Bretaña decadente como lo está actualmente, moralmente hablando, quiere que todo el mundo siga el mismo camino, de manera que no hayan factores externos que le recuerden que no todo lo que brilla, es oro.
En este sentido, y con talante manifiestamente despótico, el laborista abogó por uniformizar los derechos LGTB en todo el territorio británico: ‘Un ciudadano de Reino Unido, esté en la parte del país en que esté, debe gozar de los mismos derechos’ (derechos, “autoinventados por la ideología”, reiteramos, no objetivos sino subjetivos). Actitudes puramente ideológicas que obvian la ciencia y la realidad pues: no pueden tener iguales derechos lo que es diferente, no puede recibir atención del Estado, lo que no es de su incumbencia, como por ejemplo, el amor...
Tal es el clima de presión, que el gobernador de Bermudas está sopesando claudicar. Así, tal y como relata el Daily Mail, habría consultado con el secretario de Exteriores británico, Boris Johnson, los pasos a seguir a partir de ahora. No en vano, necesita la anuencia de éste para poder vetar un proyecto de ley aprobado por el Parlamento.
El matrimonio homosexual en Reino Unido
Como casi todos los países occidentales, los diversos territorios de Reino Unido han ido adaptando sus legislaciones a los dogmas “políticamente correctos” durante el transcurso del decenio. Así, en Inglaterra y Gales el ‘matrimonio’ gay fue legalizado en 2013, mientras que en Escocia se reconoció en 2014.
Si Rankin firma el proyecto de ley aprobado democráticamente en el Parlamento, Bermudas se tornará en el primer territorio en restaurar la definición natural del matrimonio después de haberla alterado.
Julio Llorente / La Gta.
Etiquetas: Homosexualidad, Matrimonio
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