miércoles, 31 de enero de 2018

LA CASTIDAD




Es una pena que NO se hable frecuentemente sobre esta virtud, cediendo ante el ambiente de desorden sexual que vive Occidente, siendo las primeras víctimas los jóvenes, que no conocen que el acto sexual tiene un sentido trascendente muy serio, y lo toman a juego, buscando placer como un fin en si mismo, y llamando “amor” a cualquier sentimiento afectivo o de deseo que sienten…, sin conocer el verdadero significado del término. En muchos casos, pierden la virginidad por presiones intrascendentes.

La práctica de la Castidad, mantiene la “integridad” de las fuerzas de la vida y del amor en la persona humana, es lo opuesto a la dispersión.

Esta “integridad” asegura la unidad de la persona, y se opone a todo comportamiento que la pueda lesionar. No tolera, ni la doble vida, ni el doble lenguaje.

La Castidad implica un aprendizaje del dominio de sí. La alternativa es clara, o el ser humano controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado.

La Dignidad del ser humano requiere que actúe siempre según una elección consciente y libre, y no bajo la presión de un ciego impulso o de la mera coacción externa.

El ser humano respeta su dignidad cuando, liberándose de toda esclavitud de las pasiones, persigue su verdadero fin, que es la libre elección del Bien, y se procura con eficacia y habilidad los medios adecuados para alcanzarlo (conocimiento de si mismo, conocimiento y práctica de principios y virtudes, crecimiento espiritual y conocimiento de su fe, reconocimiento y respeto de la dignidad del otro, sentido de la existencia, sentido de trascendencia, conciencias de lo que es el Amor, planteamiento de metas e ideales, etc.).

La Castidad forma parte de la virtud de la Templanza, la cual nos conduce a “impregnar de racionalidad” las pasiones, y los apetitos propios de la sensibilidad humana.

El dominio de si, es una obra que dura toda la vida. Nunca se considera adquirido de una vez para siempre. Supone un esfuerzo reiterado en todas las edades de la vida. El esfuerzo requerido puede ser más intenso en ciertas épocas de la existencia.

La virtud de la Castidad se desarrolla, por ejemplo, con la práctica de la sana amistad. La amistad nace de la simpatía mutua y el compartir intereses, del interés por la persona del otro, por su mejoría y desarrollo.

Los “novios” están llamados a vivir la Castidad en la CONTINENCIA (moderación de las pasiones o sentimientos. Abstinencia del “acto” sexual antes del matrimonio). El noviazgo es una prueba necesaria, donde los novios han reconocer y practicar el mutuo respeto, es un aprendizaje de la fidelidad, una ayuda mutua a crecer integralmente, y la esperanza de recibirse el uno al otro en el Sacramento del Matrimonio para toda la vida. Reservarán para después de casados, las manifestaciones específicas del Amor Conyugal. Esto es posible, a lo largo de la historia muchos lo han hecho así, aunque la cultura actual lo niegue y denigre de la castidad o la presente como un ideal inalcanzable, no es tal. Por lo demás, cuando se practica se descubren sus ventajas o bondades.

1.-Ofensas a la Castidad:
Vienen dadas principalmente por la lujuria, que consiste en el deseo o goce desordenado del placer venéreo. El placer sexual es moralmente desordenado cuando es buscado como fin en sí mismo, separado de las finalidades de unión trascendente entre un hombre y una mujer (matrimonio), y procreación (apertura a la vida). Entre estas faltas tenemos:
-La Masturbación: Es la excitación voluntaria de los órganos genitales a fin de obtener un placer venéreo. El uso deliberado de la “facultad sexual”, fuera del acto conyugal normal, contradice su finalidad y el sentido íntegro de la “mutua” entrega y de la procreación humana, en el contexto del amor verdadero. Su practica puede traer consecuencias en el campo psicológico (debilitamiento de la voluntad, baja autoestima, introversión o  descaro, melancolía, tendencia a la evasión, compulsión, desvalorización del otro/a, etc.), en el campo intelectual (desaplicación en los estudios o trabajo, dispersión, pereza, desinterés, etc.), en el campo religioso y moral (debilitamiento de la Fe, inclinación a considerar el placer como un fin en si mismo, etc.). Desgraciadamente, la confusión imperante en estos tiempos, causada entre otros por: cierto liberalismo, la ideología de género, la sexología, el homosexualismo, el relativismo, la anticoncepción, los medios de comunicación, etc., han promovido mucho esta práctica.
-La Fornicación: Consiste en cualquier unión carnal que no corresponda al verdadero sentido de la sexualidad humana, la cual se cristaliza en la pareja (hombre y mujer), que busca fundar una familia, y en el caso de los católicos, después de la bendición Sacramental ante Dios. La fornicación es gravemente contraria a la Dignidad de las personas y a la verdadera sexualidad humana, la cual está naturalmente ordenada al bien de los esposos, así como a la generación de los hijos.
-La Pornografía: Es ver la imagen del cuerpo humano o del acto sexual de terceros, ignorando la intimidad intrínseca que les corresponde aunque aquellos no la busquen, para excitar el placer venéreo propio… Todo lo cual desnaturaliza la finalidad del acto sexual, e introduce al individuo, en la ilusión de un mundo ficticio y deformante.

2.-Prácticas que contribuyen a la Castidad
 -La “pureza de intención”: búsqueda del fin verdadero del hombre y de la mujer, y actuar en consecuencia.
-Cultivar “una mirada limpia”: mirar viendo en el otro…, su dignidad como hijo de Dios. Es disciplinar los sentidos y la imaginación.
-Crecer espiritualmente: formarse en ello, cultivar la fe y la oración.
-Practicar la virtud del “pudor”: que reconoce el valor de la intimidad propia y respeta la de los demás. Exige el cuidado en las miradas y en los gestos, en la vestimenta, en el habla. Rechaza la curiosidad malsana, y cultiva la discreción.
-Desarrollar la propia Autoestima: valorarse a si mismo. Cultivar las potencialidades propias. Reconocer la capacidad de ser competente. Responsabilizarse de la propia vida. Asumir actitudes positivas. Descubrir la razón de la existencia y darle sentido a la propia vida.


Según el CIC, y la ciencia objetiva 

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