martes, 31 de octubre de 2017

Los colores de las paredes y cómo influyen en el estado de ánimo de los niños.


 Muchos prefieren colores pasteles o apagados para las habitaciones de los niños, otros simplemente blanco... y otros colores vivos y alegres . Pero aunque parezca una decisión simple, no debería tomarse a la ligera.
El color de las paredes, como la del mobiliario... es importante porque influye en el estado de ánimo de los niños.
Estos son alguno de los colores más habituales y el efecto que pueden suponer en los niños:
Rosa pastel: asociados a las niñas, el rosa tiene a proporcionar dulzura, constancia, delicadeza... es calmante y relajante.
Naranja: Estimula la conversación, la alegría y la vitalidad.
Rojo: Estimula, induce a la acción y al nerviosismo.
Verde natural: calma el estado de ánimo, da seguridad y favorece el descanso.
Azul pastel: produce sensaciones de tranquilidad y paz, de armonía y descanso.
Amarillo: es un color alegre y divertido, pero demasiado intenso puede llevar a generar ansiedad. No es recomendable para cuartos de bebés ya que parece que los niños lloran más en habitaciones amarillas.
Gris neutro: aunque combina bien con todo y ahora está muy de moda, puede expresar desánimo o aburrimiento
Blanco: Purifica, estimula, da paz. Estimula la actividad intelectual y la creatividad. Pero a la vez puede resultar frío, por lo que no es recomendable para habitaciones de bebes.
Negro: tampoco recomendable para habitaciones infantiles pues puede reforzar la tristeza y aumenta el cansancio.
Colores naturales como la madera o beige transmiten tranquilidad pero pueden resultar aburridos y conspirar contra la creatividad si no se combinan con algún toque de color.
Colores neutros como el blanco roto (no hay un solo blanco, sino que hay una variada paleta de blancos), el lino o los tonos piedra. Son los más recomendados. Equilibrio perfecto de armonía y energía.

Así que en resumen podríamos concluir que los colores más recomendables para donde duermen los niños son los naturales o pasteles y no todo de un color sino combinando más de uno, para lo que se pueden utilizar los propios complementos, libros, cuadros o juguetes y así fomentar la creatividad.
En zonas de estudio también deberían ser colores bastante neutros para que no distraigan ni alteren demasiado.
En zonas de juegos sí que podemos introducir colores más vivos.

Tania Villate Consonni (siempre me ha gustado escribir, comunicar... compartir. Abogada y Agente de Propiedad Industrial de formación y profesión hasta que me convertí en madre de familia numerosa, lápiz y papel siempre me han acompañado. Desde entonces mi atención se ha centrado en el mágico mundo de los niños). /La Razón, 2017

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