martes, 14 de febrero de 2017

La batalla por la familia en Europa. La Manif pour Tous y otros movimientos de resistencia


 Acaba de publicarse un libro que me parece importante y muy recomendable: “La batalla por la familia en Europa. La Manif pour Tous y otros movimientos de resistencia”, editado por Sekotia.

El libro aborda la que considero la gran batalla de nuestro tiempo, aquella en la que nos jugamos el futuro de nuestras sociedades, enfrentadas a unos retos como nunca antes se le habían presentado y amenazada por ellos incluso en su misma supervivencia. Y es que estamos tocando aquí el último reducto de todo lo bueno, el último bastión también de la libertad, como gustaba de señalar Chesterton, el lugar que si es destruido se lleva consigo todo sobre lo que se ha construido nuestra civilización.

El libro está coordinado por Francisco José Contreras, que además de escribir algunos de los capítulos más interesantes del mismo (y también de los más apasionantes: su crónica de la aventura que supuso La Manif pour Tous se lee como una novela de aventuras a lo Stevenson), invitó a una serie de personas con conocimientos e implicación en la batalla a favor de la familia en Europa a aportar su particular visión sobre el asunto. Franceses como Ludovine de la Rochère, presidenta de La Manif pour Tous, o la periodista Jeanne Smits, italianos, como Luca Volonté, alemanes, como Sophia Kuby o Birgit Kelle, ingleses, como Paul Coleman, y también españoles: José Mª Ballester EsquiviasBenigno BlancoJaime Mayor OrejaRubén Navarro (quien nos regala con un documentado capítulo sobre lo que está pasando en la ONU sobre familia, matrimonio, ideología de género y agenda LGTB) y yo mismo (aprovecho para agradecer a Francisco José Contreras que pensara en mí para aportar una visión panorámica de la batalla por la familia en Europa).

No voy a glosar mi capítulo, que confío en que no desmerezca del resto. En cualquier caso hay en el libro suficiente chicha como para comprarlo y leerlo con independencia de mi aportación. Me detendré, para ir abriendo boca, en algunas de las aportaciones de Contreras que me han hecho pensar. Como la caracterización, creo que muy precisa, de algunos de los principales adalides de la actual ofensiva contra la familia y el matrimonio natural: “esa izquierda sesentayochista – escribe Contreras – que gusta de entenderse a sí misma como transgresora, representa, por el contrario, el poder del establishment. Su hegemonía cultural y política es absoluta. Debajo de los adoquines no estaba la playa, sino la moqueta del despacho oficial”. Nos anunciaron que estaba prohibido prohibir para luego imponernos lo políticamente correcto y prohibirnos casi hasta respirar.

Me ha parecido también clave otro comentario sobre la mutación, trágica y preñada de consecuencias (de esas que después lamentamos, pues ya sabemos lo común que es aquello de levantar tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias), de la visión que del vínculo matrimonial se ha extendido en nuestra sociedad: “ya no vemos en el matrimonio otra cosa que el reconocimiento público de un amor. Hemos olvidado que, durante milenios, no se trataba de “certificar un sentimiento” (¿por qué necesitarían los sentimientos un timbre oficial), sino de fomentar parejas estables capaces de engendrar y educar. Si el matrimonio ha estado durante milenios presidido por una lógica infantocéntrica, ahora pasa a ser regido por otra, emotivista y adultocéntrica”. A poco que reflexionemos sobre esto adivinaremos que los grandes sacrificados en la revolución antropológica que vivimos van a ser los niños, del mismo modo que a poco que dejemos expandirse a nuestra imaginación nos percataremos de la amplia gama de situaciones que, amparándose en el argumento emotivista de que “hay amor”, van a querer que se las reconozca como “matrimonios” (una palabra que a estas alturas ya no significaría nada).

Podríamos seguir, pero siempre me insisten en que las entradas en un blog no deben extenderse mucho y así también les dejo con ganas de profundizar más sobre esta crucial cuestión en la que nos jugamos el futuro de nuestra civilización, ni más ni menos.

Siempre es buen momento para comprar un libro de este tipo: para aprender y también para apoyar al editor que, ya se lo imaginan ustedes, no recibe precisamente ni subvenciones ni apoyos mediáticos por dar a conocer la voz de quienes defienden la familia ante las embestidas de los poderosos. Ahora, en tiempo de regalos, es aún mejor.

Jorge Soley, InfoC., 2017

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio