miércoles, 7 de febrero de 2018

La Educación sexual que se imparte en muchas escuelas actualmente


¿Cabe negar una correlación entre la supuesta educación sexual que se imparte en la escuela occidental, basada en la genitalidad y en evitar el embarazo, y los altos índices de fracaso matrimonial, de fracaso familiar, de fracaso escolar, aborto y otros fenómenos relacionados, como la expansión de la droga, el alcoholismo, la pornografía, etc.? A mi juicio existe una correlación bastante clara.

Porque la educación sexual no es, como se presenta, una enseñanza por así decir, neutra, sino un adoctrinamiento en una determinada concepción ideológica de la sexualidad. Prácticamente se está adoctrinando a los niños en la idea de que la sexualidad consiste esencialmente en actos placenteros que da igual cómo se realicen, entre hombre y mujer, entre hombres, entre mujeres, en definitiva también con animales o entre niños. Todas las formas de sexualidad, afirman, son equiparables en la medida en que proporcionen placer y responden a las inclinaciones de cada cual... Es la ideología típica de un dueño o dueña de burdel, la que cabría esperar de una " Celestina", presentada como paradigma de progreso y liberación. Por supuesto, tales educadores no olvidan soltar, muy por encima,  algunas frases sobre la responsabilidad, el cariño y esas cosas, pero en ese contexto son solo adornos justificativos y sin efecto real.

Tal "educación" sexual se llamaba en otros tiempos perversión de menores, y no se da solo en las escuelas: toda la televisión basura (novelas, realitys, series, etc.), es decir, la mayoría de la televisión, constituye otra escuela a gran escala de tales enseñanzas. Hoy, una proporción muy elevada de los niños ha dejado de recibir ninguna educación significativa de sus familias, cuyo papel educativo ha sido sustituido por esa televisión, auxiliada por los emancipados profesores de enseñanza sexual, que además van de científicos por la vida, al modo como solían ir los marxistas.

Me recuerda la exposición de Tocqueville sobre el despotismo democrático: "un poder inmenso que busca la felicidad de los ciudadanos, que pone a su alcance los placeres, atiende a su seguridad, conduce sus asuntos procurando que gocen con tal de que no piensen sino en gozar". "Un poder tutelar que se asemejaría, a la autoridad paterna si, como ella, tuviera por objeto preparar a los hombres para la edad viril; pero que, por el contrario, sólo persigue fijarlos irrevocablemente en la infancia".

Una "educación sexual" en manos de organismos internacionales como la ONU, ideólogos y políticos, no me parece que pueda producir otra cosa que personas desorientadas...

Luis Pío Moa Rodríguez / InterE.

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