miércoles, 23 de septiembre de 2015

Testimonio antiaborto de un futbolista americano y su esposa: eligen que su hija con anencefalia viva

"¿Quiénes somos para determinar si nuestra hija vive o muere? Decidimos dejarlo en manos de Dios". Esta fue la respuesta de Evan Rodríguez y su esposa cuando los médicos sugirieron la opción de

abortar tras detectar la anomalía del feto en una ecografía

 "Es una decisión que se debe dejar a Dios", dice Evan sobre el futuro de su hija
"¿No hay nada que ustedes puedan hacer? ¿No hay cura?. Con estas palabras encajaron la pareja formada por el futbolista americano Evan Rodríguez y su esposa Olivia la noticia de que su hija, aún en el vientre materno, padecía anencefalia, una enfermedad sobre la que no conocían nada.

El ‘fullback’ de los Tampa Bay Buccaneers (Florida, Estados Unidos) y su mujer estaban felices y ansiosos por conocer el resultado de la primera ecografía que acabaría por constatar que se trataba de una niña, a quien ya han puesto por nombre Layla Sky.

Sin embargo, además de conocer que se trataba de una niña también recibieron la noticia de que la pequeña tenía esa enfermedad, que provoca un desarrollo incompleto del cráneo y cerebro.

"Veo algo que no me gusta. Su cabeza no es completamente redonda", les advirtió el especialista. Los Rodríguez cuentan que, tras una hora y media de angustia en que los profesionales estudiaban las imágenes de ultrasonido, llegaron a ese veredicto.

Fue un auténtico mazazo, porque normalmente la anencefalia hace muy poco probable que el bebé sobreviva después del parto (la mayoría alcanza a vivir desde minutos a horas, pero hay casos que rompen la norma).

El aborto no era opción

Tras consultar una segunda opinión médica, se confirmó el diagnóstico y los doctores les recomendaron abortar, y hacerlo lo antes posible. Sin embargo, "emocionalmente estábamos en estado de shock", dice Olivia, y “nos llevó una semana completa para poder asimilarlo".

Los esposos cuentan que como están acostumbrados a rezar juntos cada día, se aferraron a Dios pidiéndole poder cumplir su voluntad en esto que los desgarraba por completo, aunque la decisión no tardaron en tomarla.

Matar a su hija mediante el aborto no era una opción, sino luchar por la vida. "Al igual que si tu hijo tiene cáncer, lucharás durante el tiempo que tengas con ese niño", afirma Evan.

"Decidimos dejarlo en manos de Dios"

Olivia, quien ya tenía otra experiencia extrema vivida con su primera hija, Jennifer, sugirió ir con el mismo médico que le había ayudado a salvarla. "El doctor Arrunategui es un médico increíble…oramos en su oficina y me dijo: 'Estoy aquí para ustedes, en todo lo que necesiten'".

El apoyo del profesional reforzó lo que ya habían decidido. "¿Quiénes somos para determinar si nuestra hija vive o muere? Decidimos dejarlo en manos de Dios. Esperamos lo mejor, aunque sea por 10 minutos, tres días, un año… es mejor que nada”, asegura Evan.

Del mismo modo piensa Olivia, quien agrega que "es una decisión que se debe dejar a Dios. Los milagros ocurren todo el tiempo. Pero también estamos en paz si esa no es la voluntad de Dios".

Se prevé que el nacimiento de Layla Sky sea en diciembre. Mientras, Olivia, apoyada por su esposo Evan, sigue todas las indicaciones que les da el médico. Oran juntos y siempre están disponibles para testimoniar esta experiencia.

"Para mí, es una forma efectiva de enfrentar el dolor, creando conciencia. Porque una media de un 60% de mujeres que toman ácido fólico antes de la concepción puede prevenir la anencefalia. También, la razón por la que no hay una cura es porque el 98% aborta estos bebés...”

En ese sentido, Evan y Olivia están apoyando la investigación de científicos de la Universidad de Duke, quienes buscan tratamientos y una cura para la anencefalia. "Hay mucho de belleza y amor manifestándose en todo este proceso", dice Olivia. "Nosotros apoyamos la vida y disfrutamos en cada momento de Layla", concluye.

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